SILENCIO SE RUEDA: X-MEN APOCALIPSIS

Posted by mddoblesentido on 7:16:00 with No comments

Hay diversos temas fundamentales a la hora de abordar una película protagonizada por los mutantes de Marvel: la principal de todas, cómo se trata la cuestión de la minoría. Los mutantes siempre han sido un espejo en el que diversos grupos (Magneto representa a esos judíos masacrados por los nazis, pero también se puede rastrear, en sus historias, temas como la homosexualidad o la presión de género) pueden mirarse para que su imagen sirva como reflexión. Así llegamos a la sexta entrega de una saga que se encuentra ahora en una nueva iteración, siendo X-Men Apocalipsis una especie de culmen y punto álgido.


Puede que el fan más acérrimo del material original siga enfadado por no respetar al cien por cien la fidelidad con este, pero lo cierto es que esta nueva cinta los paralelismos con la época dorada del cómic, aquella creada por Claremont en los 70 y que se extiende hasta los 80, puede ser rastreada aquí. En una versión un tanto descafeinada, limitada por la cantidad de personajes que no tienen tiempo en pantalla para desarrollarse, pero efectiva. Sorprende la decisión de hacer avanzar el tiempo hasta el año 83, aunque es una de las mayores fidelidades al cómic: los personajes no envejecen, hacen alguna mención a ello, pero es superficial. Charles, Mística y los demás son eternos.


Eso no quita que dejen paso a nuevos-viejos personajes, como Cíclope, Jean Grey o Rondador Nocturno. Ya los conocíamos, pero de alguna manera tenía que seguir vivo el grupo de X-Men. Sabiendo la fuerza que estos jóvenes tienen, la película acierta al dejarse llevar por ellos. Los momentos más emocionantes son aquellos donde Mercurio salva, él solo, a toda la academia de Xavier o el grupo de tres mutantes antes mencionado se relacionan y luchan en una instalación militar.


El aspecto más conseguido quizá no sean las batallas, la última es apenas una repetición de otros tantos clímax similares, o esos momentos iniciales, que avanzan demasiado lento, en los que se reúnen los villanos del espectáculo, pero cuando se les deja desarrollar sus poderes y sus relaciones personales, la película gana enteros. Al final, quedan las ganas por ver a esos jóvenes con esos trajes medio inspirados en la serie noventera enfrentarse a sus propios peligros, de forma autónoma.

Por Diego Freire

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